lunes, 1 de junio de 2009

Roda de Isabena

Roda aparece tras una curva, encaramada en lo alto de una colina. La misma en la que lleva asentada varios siglos dominando el valle del río Isábena y sus aldeas. Pobres aldeas altomedievales que han sufrido como pocas la sangría emigratoria que asoló y sigue asolando toda la franja prepirenaica. La misma Roda, que fuera capital de un condado y de una diócesis (el de La Ribagorza y la de su nombre), apenas es hoy ya un pequeño pueblo en el que a duras penas resisten dos docenas de vecinos y mayores. Y eso que el pueblo está conservado como si todos sus edificios estuvieran habitados y con vida.


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