viernes, 2 de enero de 2009

Estercuel




Estercuel se alza arrogante y tranquilo desde la carretera. Un casco urbano preparado para acoger los 1.500 habitantes que hubo a principios del siglo XX se presenta vacío con los 300 que viven en la actualidad. Y es que en el pueblo sólo hay un bar, que junto al hotel municipal, la tienda de comestibles, la peluquería, una oficina de Ibercaja, una farmacia y una funeraria, completan el sector servicios de una localidad volcada en la minería. Aunque ante todo es un pueblo de mineros, en la actualidad la mayoría de sus habitantes están jubilados." En otras épocas, en las que se pasaba hambre, la gente aprovechaba todo; cogía melocotones y hacía orejones, se secaban uvas e higos". Estercuel es un pueblo de minas de carbón, pero también de olivares grises arrullados por un frío como de invierno, que golpea con severidad desde noviembre.
El Centro de Interpretación del Fuego y de la Fiesta de Estercuel es uno de esos lugares especiales en los que la Historia parece haberse parado. Dividido en tres secciones distintas, las bodegas medievales se convierten en un marco único que va desvelando sus secretos más intimos. Espiritus y ritos mágicos, ceremonias de luz y calor, ancestrales leyendas y hermosas melodías olvidadas se recuperan hoy en Estercuel aciendo del viejo castillo un lugar tan atractivo e insolito como peculiar. Las otras dos secciones están dedicadas a las manifestaciones de carácter festivo y, de forma muy especial, a la tradicional fiesta popular de La Encamisada.



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