miércoles, 7 de octubre de 2009

Vitoria



A unas tres horas de la capital aragonesa, atravesando el campo riojano preñado de viñedos, Vitoria se acurruca sobre el cerro de su fundación. El corazón histórico de la pequeña urbe, acicalada de palacios y miradores, ofrece una visión inédita de si misma para embeleso de intelectuales y visitantes de todo el mundo. Su catedral de Santa María, la catedral vieja, muestra sus entrañas en medio de las obras de rehabilitación, que duraran 10 años. Una original visita entre andamios para descifrar la historia constructiva del templo que, superando todas las expectativas, ha quedado reconvertido en mito inspirador, en un escenario clínico de novela medieval.

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